Un año más, desde EAPN Euskadi salimos a la calle a conmemorar el día contra la pobreza y la exclusión social.
La conmemoración del Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza se remonta al 17 de octubre de 1987. Ese día, más de cien mil personas se congregaron en la plaza del Trocadero, en París, donde en 1948 se había firmado la Declaración Universal de Derechos Humanos, para rendir homenaje a las víctimas de la pobreza extrema, la violencia y el hambre. Los allí reunidos proclamaron que la pobreza es una violación de los derechos humanos y afirmaron la necesidad de aunar esfuerzos para garantizar su respeto. Estos principios están inscritos en una losa conmemorativa que se descubrió aquel día y de la que se han hecho replicas en otras partes del mundo, incluida una ubicada en el jardín de la Sede de las Naciones Unidas en Nueva York. Desde entonces, personas de toda condición, creencia y origen social se reúnen cada año ante estas placas para renovar su compromiso y mostrar su solidaridad con los pobres.
Los objetivos de EAPN Euskadi en esta conmemoración son:
- Visibilizar las situaciones de pobreza y exclusión social.
- Permitir que las personas con experiencia en pobreza y exclusión social manifiesten sus dudas, reflexiones en cuanto a la efectividad de la lucha contra la pobreza en Euskadi
- Reivindicar que existan medios efectivos de lucha contra la pobreza y la exclusión social en Euskadi y un compromiso claro por parte de las instituciones vascas.
En la celebración del Día Internacional de la Pobreza de 2020, creemos, más que nunca, en la necesidad de prevenir y de buscar soluciones porque creemos que ACABAR CON LA POBREZA ES UNA OPCIÓN POLÍTICA.
La presidenta de la Comisión Europea emitió en septiembre su primer discurso sobre el Estado de la Unión Europea (SOTEU) y reconoció que vivimos en un periodo de “profunda ansiedad para millones de personas que están preocupadas por la salud de sus familias, el futuro de sus trabajos o simplemente por sobrevivir hasta fin de mes”.
Así, en la presentación de los presupuestos para el 2021, el propio Consejero de Economía y Hacienda del Gobierno Vasco, Pedro Azpiazu, expresaba que no se van a contemplar recortes en políticas públicas, señalando que “la austeridad no va a ser nuestro camino” y apostando por la necesidad de reforzar la “resiliencia de nuestro estado de bienestar para mitigar las desigualdades que toda crisis genera”.
Pero, ya anteriormente a la crisis sobrevenida por la alarma sanitaria debida al COVID-19 veníamos detectando una serie de problemáticas concretas en cuanto al acceso y garantía de los derechos sociales en nuestro territorio. La crisis sobrevenida ha puesto aún más de manifiesto estas problemáticas y ha hecho aparecer otras que no teníamos detectadas. Según los datos de la última Encuesta de Pobreza y Desigualdades Sociales de Euskadi (EPDS 2018):
- Las mujeres recogían el 55% de los casos de pobreza real.
- Las familias monoparentales encabezadas por mujeres recogían un 30% de la pobreza.
- 172.307 personas (el 8% de la población) vivían ya en riesgo de pobreza (tiene menos de 541,27 euros al mes para vivir).
- 484.571 personas (el 22,4% de la población) vivía en situación de riesgo de ausencia de bienestar (viven con menos de 811,90 euros al mes).
- 2.000 personas no tenían hogar
Además, la crisis por COVID-19 está impactando de manera negativa en la vida de las niñas, niños, adolescentes y familias, sobre todo en aquellas de mayor vulnerabilidad, por lo que urge responder también con estrategias basadas en derechos de infancia. Y es que la actual situación de pandemia augura un incremento en los niveles de pobreza y desigualdades sociales, superando, probablemente, los de la crisis del 2008.
Este año, además de la manifestación organizada junto a colectivos y movimientos sociales, hemos elaborado un MANIFIESTO CONJUNTO y enviado a los partidos políticos un documento de propuestas concretas.